Uno de los determinantes mas destacados es el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la economía latinoamericana, la cual además es basada en el uso extensivo e intensivo de la fuerza de trabajo, lo que trae consigo permite bajar la composición-valor del capital, lo que, aunado a la intensificación del grado de explotación del trabajo, hace que se eleven simultáneamente las cuotas de plusvalía y de ganancia; es en éste punto donde el capitalismo pasa a ser causante de la sobreexplotación del trabajo femenino, quienes sufren graves desventajas laborales, discriminación y hasta exclusión.
Las prácticas neoliberales que aún este gobierno practica, ocasiona deterior de la calidad de trabajo, aumento del desempleo lo que atrae a la vez disminución del poder adquisitivo del venezolano, generando además incremento del trabajo informal que vemos en el día a día y que cada ve más llena nuestras plazas centrales y que ha ocasionado que las mujeres se esfuercen en salir a la cale para contribuir en alguna medida a que la familia venezolana logre cubrir con sus ingresos al menos los productos de la cesta básica.
El Estado con la puesta en marcha de “políticas de estabilización” no han resulta más que en desempleo, cayendo la peor parte en el sexo femenino quienes presentan la mayor tasa de desempleo en relación a la de los hombres aunado a ello la inflexibilidad del aparto productivo la cual asigna mayor beneficio al capital y no a la masa laboral.
Si bien hoy en día las mujeres han demostrado que la costumbre de relacionar el trabajo fácil a ellas, por considéralas débiles es un paradigma obsoleto y es visible en nuestra sociedad, ya que son cuantiosos los hogares que son sostenidos por éstas luchadoras quienes asumen la responsabilidad total, como consecuencia de la irresponsabilidad de gran proporción de los hombres de éste país.
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